
Mi intención inicial nunca fue escribir una saga de fantasía épica. De hecho, Heraldo: La leyenda del elegido, el primer libro de Las Crónicas de Leyendario, nació de una fantasía juvenil de crear un videojuego. Era un muchacho soñador, inspirado por las series y videojuegos que me rodeaban en aquella época. Nunca pensé que acabaría convirtiéndose en un proyecto literario a largo plazo. A través de este artículo, quiero compartir cómo fue ese proceso, desde la inspiración hasta la construcción de la historia, para quienes, como yo, buscan comenzar a escribir una historia.
El Origen de una Idea: De un Videojuego a un Libro
Mi historia comenzó con la fantasía de crear un videojuego. Quería diseñar un mundo lleno de personajes únicos y aventuras emocionantes, pero pronto me di cuenta de que mis habilidades técnicas no iban por el desarrollo de software. En cambio, descubrí que tenía una gran pasión por contar historias. Me gustaba tanto la historia y las mitologías que encontré en los libros, que me dije: “¿Por qué no plasmar estas ideas en papel?”
Uno de los principales consejos para quienes quieren empezar a escribir es comenzar con lo que te apasiona. A mí me apasionaban las historias antiguas, las leyendas y los mitos de civilizaciones antiguas, y eso se convirtió en la base de lo que sería la saga.


La Inspiración: Mitos, Leyendas y Series
Las mitologías fueron una gran fuente de inspiración para mí. Desde la egipcia hasta la griega y la romana, me fascinaban los dioses, los héroes y las criaturas mitológicas. Leía sobre ellos con avidez, y aunque algunas veces me confundía entre una y otra, trataba de aprender todo lo que podía. Cada cultura tenía sus propios dioses y criaturas, y eso me ayudó a dar forma a mi propio mundo.
En el caso de Heraldo, me centré más en la mitología romana para darle un trasfondo a los personajes y el mundo que estaba creando. La cultura romana, con sus grandes conquistas y su rica tradición militar, ofrecía un marco perfecto para ambientar una historia épica. Max, el protagonista, no tenía un origen claro al principio, pero después de algunas reflexiones, decidí darle un origen más romano para que encajara mejor con la atmósfera de la historia.
Los Primeros Borradores: Un Caos Creativo
Cuando comencé a escribir los primeros borradores de Heraldo, fueron un auténtico desastre. Las ideas estaban desorganizadas, los personajes no tenían un desarrollo coherente, y la narración saltaba de un lado a otro sin una dirección clara. Pero no me desanimé. El proceso de escritura es, en muchos sentidos, como tallar una piedra: al principio es áspero y sin forma, pero con el tiempo y el trabajo constante, puedes darle la forma que quieres.
Recibí críticas, tanto constructivas como destructivas, pero cada una de ellas me ayudó a ver dónde debía mejorar. Es importante para cualquier escritor novato entender que no todo saldrá perfecto al principio. La clave está en aprender de los errores y seguir adelante.
La Mitología en las Crónicas de Leyendario
Uno de los elementos que más disfruté al escribir Heraldo fue crear un mundo basado en mitologías reales. Como mencioné antes, me centré en la mitología romana, ya que me resultaba fascinante cómo su sociedad estaba tan influenciada por sus dioses y sus rituales.
En Heraldo, la región donde vive Max está claramente inspirada en la antigua Roma. Las descripciones de los edificios, las festividades y los bailes tienen ese toque romano. Incluso su sistema de gobierno está compuesto por hombres que llevan túnicas blancas, simbolizando una democracia que recuerda a la de Roma. El padre de Max, por ejemplo, es un «Gladius», una referencia una espada romana antigua, lo que refleja una de las aspiraciones de Max: convertirse en un caballero que defienda su región.
Crear Personajes Inolvidables

Uno de los desafíos más grandes fue darle a cada personaje un trasfondo único. Morgana, por ejemplo, ya tenía un origen claro desde el principio, pero Max no. Tuve que pensar mucho sobre de dónde vendría y cómo se desarrollaría su carácter. Decidí que su origen estaría ligado a la cultura romana para encajar con la ambientación general del mundo.
Max no es el típico héroe al que todo le sale bien. Al contrario, es un joven que debe luchar contra la adversidad y superar sus propias limitaciones. Su crecimiento a lo largo de la historia es uno de los aspectos más importantes de Heraldo. Quería que los lectores se identificaran con él, que vieran en Max una representación de sus propios sueños y desafíos.
Ambientación y Detalles que Cuentan
Otro aspecto clave al escribir Heraldo fue la ambientación. La Edad Media es una época fascinante, pero también quise incorporar elementos de la transición entre el Imperio Romano y la Edad Media. De este modo, la región en la que Max vive está llena de detalles que recuerdan a la Roma clásica, como los edificios y objetos decorativos, pero también refleja los cambios de una sociedad en transformación.
Las festividades, las danzas y las tradiciones que se mencionan en Heraldo están basadas en las de la antigua Roma. De hecho, una de las escenas clave en el libro ocurre durante una de estas festividades, lo que no solo aporta realismo al mundo, sino que también refuerza la conexión de Max con su entorno y su herencia.
El Proceso de Reescritura: Perfeccionando la Historia
Uno de los aprendizajes más valiosos que adquirí al escribir Heraldo fue la importancia de la reescritura. El primer borrador, como mencioné antes, estaba lleno de errores. Pero a través de las críticas y la autoevaluación, fui capaz de pulir la historia y darle una dirección más clara. Es crucial para cualquier escritor no tener miedo de volver a trabajar en sus ideas.
Un consejo para aquellos que están empezando a escribir: no te aferres demasiado a las primeras versiones de tu historia. Escribir es un proceso de evolución, y a veces lo que al principio parece una idea brillante puede necesitar muchos ajustes antes de que funcione de verdad. La clave está en ser persistente y tener paciencia.


Reflexiones Finales: Un Viaje Inolvidable
Escribir Heraldo: La leyenda del elegido fue una experiencia inolvidable. Comencé con la idea de crear un videojuego, pero la historia creció más allá de mis expectativas iniciales. El proceso no fue fácil: hubo muchos errores, revisiones y momentos de duda. Pero al final, logré crear un mundo y una historia de la que me siento orgulloso.
Si estás pensando en comenzar a escribir una historia, mi consejo es que te atrevas a hacerlo. No importa si al principio las ideas no están claras o si los primeros borradores no son perfectos. Lo importante es comenzar, y con el tiempo, tu historia encontrará su forma.
Conclusión:
La escritura es un viaje personal y creativo. Empezar a escribir una historia puede parecer desalentador, pero con pasión y perseverancia, cualquier idea puede florecer en algo maravilloso. Si sientes que tienes una historia dentro de ti, no dudes en ponerla en papel. Nunca sabes adónde te llevará esa primera página.
